La muerte de la secretaria particular de Clara Brugada no es sólo un hecho trágico: es una alarma encendida dentro de Morena, el partido que hoy gobierna el país.

Analicemos con lógica deductiva: se trataba de una funcionaria de acceso íntimo a la Jefa de Gobierno. Su agenda, su correspondencia, su conocimiento de las dinámicas internas del gabinete eran fundamentales. Matarla no fue un acto impulsivo. Fue una operación quirúrgica con un mensaje claro.

La narrativa oficial, predeciblemente vaga, sugiere "un hecho lamentable en investigación". Pero quienes conocemos la política mexicana sabemos que los mensajes más fuertes rara vez se escriben con palabras: se ejecutan.

¿A quién beneficiaría esta muerte? La lógica apunta a dos posibilidades:

Fuego amigo. Al interior de Morena, la lucha por el control político post-Sheinbaum es brutal. Brugada representa a una corriente de izquierda dura, con resistencias tanto internas como externas. Desestabilizar su círculo íntimo podría ser un movimiento para aislarla o forzar su renuncia.

Crimen organizado. La Ciudad de México dejó de ser territorio neutral. La narcopolítica ya no es un rumor sino una realidad asentada. Una figura tan cercana al poder podría haber sido blanco por lo que sabía, por lo que veía, o por lo que se negaba a facilitar.

Cualquiera que sea la verdad, este asesinato abre una grieta. Y Morena, hoy más que nunca, debe decidir si enfrenta la verdad… o la encubre como lo ha hecho el viejo régimen al que tanto criticó.

Los antecedentes de corrupción de la alcaldía que Brugada gobernó anteriormente, las tensiones internas en Morena y la injerencia de grupos de poder económico en la Ciudad de México convierten este suceso en un foco rojo. ¿Estamos ante una ejecución selectiva? ¿Un mensaje dentro del mismo partido? ¿O una acción externa aprovechando el vacío de liderazgo real en el gobierno capitalino?

La ciudadanía merece saber porque si el poder calla cuando asesinan a los suyos, ¿qué podemos esperar los demás? ¿al igual que a la madres buscadoras Sheinbaum mandará el día de mañana un sonidero al Zócalo capitalino?

Mareny Verenice Sánchez Navarrete